24 oct 2007

Princesita de mirada triste

Princesita de mirada triste,
labios dulces con sabor a mar,
has buscado los sueños que perdiste
y te han entrado ganas de llorar.

Ruina y cuarto de la madrugada
marca herida la luz del reloj,
negra lengua deslenguada
de ilusiones rotas en tu blog.

el príncipe azul estaba teñido
el último beso supo a aguarrás,
pero peor saben los que no has recibido,
todos los labios que quieres besar.

Princesita de mirada triste,
la luz de luna toca en el cristal
de la ventana que no abriste,
la madrugada que te quise amar.

Estás harta de besar mil ranas
que croan mucho pero sin amor
y llorar al despertar cada mañana
abrazada al vacío de tu alrededor.

Ya no hay nadie que cuente las pecas
de tu espalda cuando cae el sol
en tu palacio de muñecas
la soledad pudre tu colchón.

Princesita de mirada triste
huerfanita de príncipe azul,
rodeada de los trajes grises
de los que nunca entenderán tu soul.

Y hazle ascos a los almanaques
y un corte de mangas al Antesdeayer,
ven conmigo a hacerle jaque
a la cordura, al tedio y la vejez.

Canta esta noche conmigo
la alborada del último tren
las saetas del Olvido
de los que olvidan para no beber.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

casi tan linda como su autor, este es mi Caronte favorito (bueno, casi)

The_Joker dijo...

Tío, un auténtico artista es lo que eres.
Me encantan tus rimas.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

releido y cada vez me gusta más

Turi dijo...

Releo, ojeo... y cada vez me gusta más. Me atrevería incluso a decir que tus mejores rimas.

Anónimo dijo...

Aquélla mirada triste impregnada de grises y de lágrimas, de penas y congojas, de príncipes y hadas, esa mirada me ha contagiado su tristeza al terminar de leer, quizá, tu poema más hermoso por la sangre que se escapa entre sus letras. Las rimas cuasi sabinescas, las imágenes de enorme dulzura... una dulzura que desgarra, hacen de este poema un canto a la persona amada... aunque esta aún espera a un príncipe azul sin darse cuenta que tú, poeta, eres azul.

Un abrazo.

Traven dijo...

Esta vez la has dado, se nota cuando lo que escribes te toca de lleno, tiene vida, sangra y se siente y se saborea esa sangre mezclada con lágrimas. Es dulce y es tierna y tiene un punto de perdedora amargura. Esbello, no tanto como la destinataria, pero es bello.

Ponle música.