3 dic 2007

Bic

(Dedicado a ese olvidadísimo aliado del que escribe)

Bailas, instigas caminos
sobre el blanco asfixiante de hojas yermas,
oscilando vagamente entre tu sangre y mi luna,
entre tu idioma y mi voz.

Besas insospechadas cuartillas
y te alías con el humo caprichoso del cigarro,
repitiendo en sombra leve
su sendero en cada folio;
folios mojados de sueños,
páginas cansadas de ser papel.

Borrones inconclusos centellean
bajo tu trazo dulce y angosto,
difuminando adjetivos malabares,
los que me empeño en imponerte,
mientras te vistes de Palabra.

Bravo, infatigable carboncillo,
repleto de quimeras que no tengo,
o que nunca creí tener.
Si llegara el momento de sacarse el sombrero,
la mitad para cada uno.

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