27 ago 2010

Cuando me hablan del casino

Cántese con la música y el ritmo de
"Cuando me hablan del destino", del maestro Joaquín Sabina.


Yo era el puto rey de picas
No perdía ni una mano
no faltaban ni las chicas
ni los lujos ni el acohol.
Hasta que eché todo el resto
en aquel tugurio enano,
me aposté incluso lo puesto
hasta mi coche americano
aquel pinche dios pagano
sé que andaba de farol.

Pero la fortuna zorra
a las puertas de su cama
me ganaba con la gorra
sin dejarme protestar.
Cayó un as, volcó mi dama,
por andarme de payaso
como tantas otras veces
me ahogué dentro de mi vaso,
devorado por los peces
que venían de ultramar.

Y no hallé a la camarera
que me dijo: "Vuelva pronto,
que le invito a lo que quiera
menos a mi habitación.",
sin mi toque y sin un trago
me quedó cara de tonto
yo ya no era más el mago
que aplaudían los espejos
y sacaba dos conejos
de debajo del botón.

Vendí mi última baraja,
la de los reyes marcados,
por dos besos desolados
sin caricias ni pasión.
¿Quién diría que la maja
del pintor juega strip-poker?
Si la Suerte saca un Joker
no me enfado, me "ensabino".
Cuando me hablan del casino
cambio de conversación.

Las damas de corazones
ya no me tiran sus besos,
ni persigo en mis canciones
medio gramo de Orfidal.
A las puertas de la Muerte
perdí todos mis excesos,
e hice un trato con la Suerte:
Ya no apuesto mis ingresos
en torneos grises de esos
en que juego de local.

Me perdí a la lotería,
para qué ponerme pegas
ahora duermo cada día
bajo el sol de "La Pietà".
Le pedí a la policía
que me echara de Las Vegas,
se acabó el perder las ciegas
y aunque sigo con mi empeño
aun hay noches en que sueño
que resubo con As-K.

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