18 dic 2010

Palos de ciego

Cansado de dar palos tan de ciego,
me embosco entre una sombra y un dolor
anoche le di lumbre alrededor
de un sueño que crecía en torno al fuego.

Quemé la soledad triste del ego,
bajé de los altares, y el valor,
de ser de nuevo humano y perdedor,
mató las ganas de seguir el juego.

No soy más un Abel crucificado,
pues tengo ya la mano ensangrentada
de hundirla sobre el niño que yo he sido.

El sueño que moría calcinado
dejó sobre mi mano una quijada
de un lobo que ladraba hacia el olvido.

1 comentario:

Stewart dijo...

El lobo, cuando aúlla al horizonte,
la luna recortando en su perfil
se atreve, contra reina, con alfil,
se atreve a piedras contra el mastodonte.

Si el sueño te sumerge en la desgana,
aúlla como el lobo, saca pecho,
afílate las uñas, ve derecho,
veras: el lobo nunca se amilana.

Siempre he creído que las decisiones,
nos hacen antagónicos o afines.
si no hay destino sobran los papeles.

Quemando soledades y pasiones,
ni le damos martirio a los Caínes
ni le damos consuelo a los Abeles.