caminito de la arena,
que se escapa de las sombras
embistiendo a su manera,
que busca un campo de rosas
en su frágil primavera
y se encuentra sólo la hoja
de la espada que le acecha,
Y devuélveme las horas
que has llenado de tristeza
que quiero pasarlas ahora
dibujando siluetas,
reinventando las historias
que escribí sobre tus piernas,
y llenándome la boca
de los besos que me niegas.
De la senda que jalonan,
he arrancado de la tierra,
los claveles que deshojan
la curva de tus caderas,
para no verte en mis comas,
ni en los puntos de mis letras,
y olvidarme de tus cosas
de mujer celosa y bella.
Y devuélveme las horas
que has llenado de tristeza
que quiero pasarlas ahora
dibujando siluetas,
reinventando las historias
que escribí sobre tus piernas,
y llenándome la boca
de los besos que me niegas.
De los besos que atesoras,
y un jirón de mi bandera
te he cosido una corona
para ver si me recuerdas.
que tus labios de tramposa
por muchísimo que duelan
son el aire que me droga
y hacen joven mi alma vieja.
(dedicada a mi gran amante secreta, la de mis noches y mis días, mi bella y cruel literatura)