A la sombra de algún faro,
sobre un mar de terracota,
he enterrado mi derrota
y este frío desamparo.
El silencio cobra caro
el no verte en mi abandono,
tú me echaste de mi trono
yo he fingido mi pasión,
mas no te pido perdón
ni tampoco te perdono.
Ya no duele el no encontrarte,
hice un blues con tus agravios
y en el lienzo de otros labios
dibujé un punto y aparte.
Estás hecha para odiarte,
haces daño por defecto
tan en vivo y en directo,
sin saber, muñeca triste,
que los besos que me diste
son pretérito imperfecto.