Hay días que parecen noches
para mis ojos heridos por la sombra.
Días de soles cetrinos y noches algo más que negras
Mientras yo, perdido en la oscuridad
tan solo busco una mano que acaricie mi derrota
pero solo encuentro tiniebla,
vacíos miserables llenos de nadas afiladas,
de silencios desgarradores,
de olvidos contundentes.
Hay días venenosos y noches dolorosas,
días que agonizan y noches que nacen muertas,
días oscuros y noches sin luna,
días y noches que no valen la pena.
Estallo los relojes de la pared,
porque el tiempo se detiene si no hay nadie para verlo
y atrás dejaré esta desalmada oscuridad diurna,
y el terco muro diario de los que nunca dicen nada.
Porque a tu lado hay días que parecen noches
y noches que parecen días.