Una nube de cristales devora el horizonte,
donde las gotas de lluvia juegan a no caer.
Se ríe el polvo de mi sombra
Y en un rincón,
Pudorosa,
Se desnuda la Oscuridad.
Los azulejos descastados besan una lágrima
Tierna,
Dulce,
Muerta,
Y pisadas de ningún pie truenan en el pasillo,
Entrando con la puerta cerrada
A visitarme con sus crisantemos.
Anoche la Luna me arañó en la espalda
Y no sentí nada,
Ni tan siquiera el dolor
De olvidarme del dolor.
Me hundo en la verdad inhumana del espejo.
Aúllo,
dejo que los lobos me atrapen,
Y ya nadie puede salvarme de mí mismo.
2 comentarios:
Me ha encantado chaval, es de lo mejor que te he leído, es críptico, pero despierte mil ecos, de muerte, de dolor, de auto reconocimiento, las imágenes, como siempre, o mejor que siempre, muy logradas, y el ritmo medido, fluido y fácil. Muy, pero que muy bueno.
Un abrazo.
P.
Joer chico dime de donde obtienes la inspiración para sacar a la luz esas maravillas
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