(Entrada original)
Para Valdano
La pelota sólo ama a quien la cuida;
Salve al santo Zidane dios del gabacho
y a la extrema unción del catenaccio
del gran Diego y la gracia sin medida.
Para el genio que salva toda herida
de los once centrales del empacho
se va abriendo la cancha hacia lo ancho
y da pases al pie sin ver la vida.
Y en el juego, que no se hunde en el fango
va el rimar de unas botas con la gloria,
¡viva el fútbol a ritmo de un buen tango!
Han citado a un pibe con la Historia
es Jorgito, que va filosofando,
sobre goles, esférico y victoria.
*************
Para Bilardo
Traicionar la belleza del lunfardo,
con la hartura del simple aburrimiento,
es mentir a los pibes con el cuento
de Clemente y Capello, de Bilardo.
Colocar los porteros a resguardo,
y perder los balones en el viento,
es cerrarle cerrojos al talento,
y ensuciar el escudo del tabardo.
Son las mentes cuadradas sin Redondo,
las que abrancan grilletes en las botas,
y silencian los poetas de Macondo.
El pensar un rival en la pelota,
apoliya a la Doce, que en el fondo
de las gradas, se añapa en la derrota.
27 abr 2008
15 abr 2008
Anuncio clasificado
Poeta sin pedigrí
vende a un céntimo cada verso
regalando en el anverso
su sabiduría cañí.
Con ínfulas de literato
y chuleta en el zapato
desde Góngora a Martí,
me cisco con dos cojones
en jazmines, corazones,
y en capullos de alhelí.
Canalla con el valor
de perderle los respetos
a romances y sonetos
firma versos al portador.
No me creo lo que escribo,
cobro siempre en efectivo,
en metálico suena mejor,
pero acepto cualquier divisa,
inclusive una sonrisa,
si sonríes con amor.
Vate vago al natural
se vende por unos chavos
como tantos otros esclavos
del santísimo capital.
Sin presencia de un notario
me oferto en solitario
en el mundo digital,
pero sin negar de un socio
que prevea un buen negocio
de perspectiva comercial.
Poeta sin pedigrí,
desastrado, infiel, canalla,
propasado de la raya,
más p'allá que para aquí,
vende a un céntimo cada verso
regalando en el anverso
su sabiduría cañí.
Y si en estas patochadas
hay personas interesadas
interésense por mí.
vende a un céntimo cada verso
regalando en el anverso
su sabiduría cañí.
Con ínfulas de literato
y chuleta en el zapato
desde Góngora a Martí,
me cisco con dos cojones
en jazmines, corazones,
y en capullos de alhelí.
Canalla con el valor
de perderle los respetos
a romances y sonetos
firma versos al portador.
No me creo lo que escribo,
cobro siempre en efectivo,
en metálico suena mejor,
pero acepto cualquier divisa,
inclusive una sonrisa,
si sonríes con amor.
Vate vago al natural
se vende por unos chavos
como tantos otros esclavos
del santísimo capital.
Sin presencia de un notario
me oferto en solitario
en el mundo digital,
pero sin negar de un socio
que prevea un buen negocio
de perspectiva comercial.
Poeta sin pedigrí,
desastrado, infiel, canalla,
propasado de la raya,
más p'allá que para aquí,
vende a un céntimo cada verso
regalando en el anverso
su sabiduría cañí.
Y si en estas patochadas
hay personas interesadas
interésense por mí.
11 abr 2008
Cielos de noche en rama
Cielos de lunaplata
y seda en rama.
En cada azotea, cien agujas de coser,
que desgarran los harapos
de la asceta oscuridad.
Ha quedado la noche,
llorando y en andrajos,
latiendo lentamente
bajo las costras de mi piel.
Y se escucha un sístole blasfemo,
y un diástole que vende a mano alzada
el color de sombras de los cielos
que nunca quisieron tener amo.
Cielos de noche platinoche
y de pelaje y crin de toro bravo.
Las antenas del tejado no tejieron ningún sueño,
ni luceros a jirones,
en colchones de alcanfor.
Dejaron solamente en una nube
(neblina de vapor de vino tinto)
bordado tu nombre con el humo
que vivía ensuciando mis pulmones,
los mismos que gritaron en la noche
maldiciendo el corazón de tantos cielos.
Cielos de negras nubes
y vapor de agua.
Antes de que acudan nubarrones
y devoren la luna de oro y plata,
subiré a lo más alto de las torres
y amasaré en el cuenco de mis manos
el pedazo más enorme que me quepa
de esta noche de luna en celo
y seda en rama.
Para que no venga luego el firmamento
a teñirse de color de burocracia,
y me quede sin mi cielo de alma-luna
y noche en rama.
y seda en rama.
En cada azotea, cien agujas de coser,
que desgarran los harapos
de la asceta oscuridad.
Ha quedado la noche,
llorando y en andrajos,
latiendo lentamente
bajo las costras de mi piel.
Y se escucha un sístole blasfemo,
y un diástole que vende a mano alzada
el color de sombras de los cielos
que nunca quisieron tener amo.
Cielos de noche platinoche
y de pelaje y crin de toro bravo.
Las antenas del tejado no tejieron ningún sueño,
ni luceros a jirones,
en colchones de alcanfor.
Dejaron solamente en una nube
(neblina de vapor de vino tinto)
bordado tu nombre con el humo
que vivía ensuciando mis pulmones,
los mismos que gritaron en la noche
maldiciendo el corazón de tantos cielos.
Cielos de negras nubes
y vapor de agua.
Antes de que acudan nubarrones
y devoren la luna de oro y plata,
subiré a lo más alto de las torres
y amasaré en el cuenco de mis manos
el pedazo más enorme que me quepa
de esta noche de luna en celo
y seda en rama.
Para que no venga luego el firmamento
a teñirse de color de burocracia,
y me quede sin mi cielo de alma-luna
y noche en rama.
5 abr 2008
Tengo
Vengo volando como el viento,
de extraviarme en mi cerebro
pa’ poderme comprender
Vente a mi lado que te enseño
lo que llevo yo en mi cuerpo
entre el hueso y la piel.
Tengo en la yema de los dedos
los jirones de mis sueños,
embarrando un papel,
tengo escondidos por ahí dentro
cada acento de los versos
que una vez te recité.
Tengo en el pecho cardenales
puñalás de parte a parte
que no dejan de sangrar
tengo en la boca un mar de sangre,
fuego, ruido, miedo y hambre
y una historia que contar
Tengo mentiras y victorias
y hasta el ruido de las olas
que me quiere enamorar
Vente conmigo si estás sola
te hago un hueco en mis historias
y las cuento una vez más.
Tengo enjaulado en las costillas
un dragón de nicotina
aprendiendo aún a rugir.
Tengo las noches de cantina
tatuadas en la esquina
de un papel color marfil.
Dame calor, dame saliva,
si quieres que acaso escriba
unos versos para ti
Que tengo en las venas tinta china
y una foto de Sabina
que me ayuda a escribir.
de extraviarme en mi cerebro
pa’ poderme comprender
Vente a mi lado que te enseño
lo que llevo yo en mi cuerpo
entre el hueso y la piel.
Tengo en la yema de los dedos
los jirones de mis sueños,
embarrando un papel,
tengo escondidos por ahí dentro
cada acento de los versos
que una vez te recité.
Tengo en el pecho cardenales
puñalás de parte a parte
que no dejan de sangrar
tengo en la boca un mar de sangre,
fuego, ruido, miedo y hambre
y una historia que contar
Tengo mentiras y victorias
y hasta el ruido de las olas
que me quiere enamorar
Vente conmigo si estás sola
te hago un hueco en mis historias
y las cuento una vez más.
Tengo enjaulado en las costillas
un dragón de nicotina
aprendiendo aún a rugir.
Tengo las noches de cantina
tatuadas en la esquina
de un papel color marfil.
Dame calor, dame saliva,
si quieres que acaso escriba
unos versos para ti
Que tengo en las venas tinta china
y una foto de Sabina
que me ayuda a escribir.
1 abr 2008
Apartado 20, 08080 Barcelona
Una alondra se estrellaba en los cristales
de un silencio hecho a hielo y hecho a espada,
mientras ibas dibujando con tu carne
un caer de soledades en tu cama.
Se asomaron a tu pecho cardenales
que dolían, más que en cuerpo, en el alma
y escuchaste los bramidos de la sangre
lamentando tus heridas, tus palabras.
Olvidaste la sonrisa de tus labios,
y la mano palma arriba de tu gente,
sin saberte que el olvido no perdona.
Sólo queda la postal que te enviamos
Con dos lágrimas, al apartado veinte,
cero, ocho, cero ochenta, Barcelona.
de un silencio hecho a hielo y hecho a espada,
mientras ibas dibujando con tu carne
un caer de soledades en tu cama.
Se asomaron a tu pecho cardenales
que dolían, más que en cuerpo, en el alma
y escuchaste los bramidos de la sangre
lamentando tus heridas, tus palabras.
Olvidaste la sonrisa de tus labios,
y la mano palma arriba de tu gente,
sin saberte que el olvido no perdona.
Sólo queda la postal que te enviamos
Con dos lágrimas, al apartado veinte,
cero, ocho, cero ochenta, Barcelona.
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