Caducan las palomas en el cielo
y estudio veinte excusas por motivo,
la tinta me silencia lo que escribo
y advierto alguna cana ya en mi pelo.
Por eso, aunque me niego y me rebelo,
el alma se me cierra por derribo
y el suelo de esta cárcel en que vivo
se olvida que jamás quiso ser suelo.
Soy reo en este sueño del barquero
que sueña con soñar con ser Caronte,
y vive preso eterno de su mito.
Así, en el antónimo del "Quiero".
Aquí, en lo contrario de horizonte.
Ahora, en el anverso de infinito.
2 comentarios:
CHAPEAU!!!
Va a ser verdad lo que dijeron sobre tu optimismo moderado y el constante conflicto de tus pesonajes, o en este caso, de tu propia persona y tu forma de enfrentar tu crecer en este mundo.
Excelentes letras, como siempre.
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