6 oct 2020

Como al sol

Él la miraba como miraba al sol,
Es decir, 
que nunca la miró directamente.
 
Se acunaba y disfrutaba en su calidez,
se quejaba amargamente cuando no estaba,
pero no la pudo mirar jamás sino con los ojos entrecerrados,
tal y como miran los furiosos.
 
En los días en que no se dejaba notar, él se quejaba
aterido por un frío que calaba sus huesos;
en los días en que era más fuerte, se encondía de ella,
abrumado por su energía ...
 
Nunca la miró realmente
hasta que ella se estaba marchando
y, aturdido en la belleza del ocaso,
perdiéndola en la noche que venía,
preguntó por qué nunca en la vida
se había parado antes a verla.

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