18 may 2011

Soledad

Tal vez la negrura tenga cuerpo y densidad y volumen,
y yo no pueda encontrar en mi pulcra habitación
un solo espejo que rompa este silencio amargo.

Entre mi cama y la pared
hay un espacio donde cabe un cuerpo
pero tan lleno de vacío y de serpientes invisibles
que da miedo el sólo mirarlo,
el sólo acercarse,
el sólo otorgar a la negrura incesante
la más mínima opción de arrojarme en él.

No hay ni sombras en mi cuarto,
siquiera un eco que viva dentro
y que deje en mis manos exhaustas
una palabra que no sea mía.

Sin reflejos, ni caricias, ni verbos, ni llamadas,
repito a las cuatro paredes
que la negrura tiene cuerpo y densidad y volumen
y al cerrarse sobre mí
sólo queda un aire reseco,
impasible, descarnado y extendido,
que me arranca del pecho las flores
y me desborda rudamente de soledad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me hace pensar mucho la soledad.
no me gusta no llegar a conclusiones...