Cuando la vida te iguala un farol,
el corazón de una mano marcada
gira en el aire entre el todo y la nada
y cae rodando en un río de alcohol.
Y revestida en papel de charol
la última carta macera una espada
para cortarle las alas al hada
que está detrás de las gafas de sol.
Cuando el azar ya no invierte en quimeras,
la soledad es un flop miserable
que por la espalda apuñala a la suerte.
La parca liga un set de escaleras
y en este juego no importa quien hable,
gana la banca y no pierde la Muerte.
1 comentario:
Cuando se juega al poker, esto tiene mucha más profundidad... Muy bueno tío.
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