La luna que te di por año nuevo,
La sangre de mis venas, los sollozos,
Monedas que arrojé a todos los pozos,
Ansioso de un calor que ya no pruebo.
Los credos y oraciones que aún te elevo,
Mi vida gris, mis lágrimas, mis gozos,
Los besos, las caricias, los esbozos
De aquel poema blanco que te debo.
El tiempo que perdí en tanto quererte,
Los lunes que nacían entre espasmos,
Los juegos en la casa de los líos,
Las formas de burlar la mala suerte,
Tus risas, mis recuerdos, tus orgasmos,
Devuélvemelos todos, que son míos.
24 feb 2010
20 feb 2010
No me traigas nubes
Bajé la luna del cielo
Sólo para ti,
Me respondió un disparo,
Y ni las estrellas más oscuras
Me guardaron un minuto de silencio.
Desgarra mis venas macabras
Y desaloja a dentelladas mi corazón
Pero no me traigas más nubes de tabaco
Que me tapen el sol que una vez soñé.
Ya he hundido mis pies en el barro,
Voy muriendo a paso por puñalada,
Y si caigo reviento.
Mi pecho es un trampantojo de heridas,
Un extraño vademécum de cicatrices
Infestadas de espinas de clavel.
Rompe todas las esquinas de mi casa,
Abandóname en el cierzo
Y deja que me diluya en arenisca,
Pero no agrandes las nubes que me roban
Las luces con las que me hiciste soñar.
No tengo nada más que darte,
Me queda una mentira de cazalla,
Y un lecho de cartones remojados
Para poder arropar mis noches tristes.
Mátame si piensas que es preciso
Que ya no me basta con el alba,
Pero no busques las nubes que me arranquen
El sol tan brillante de mis sueños.
Porque tal vez no soporte
Una noche aún más larga.
Sólo para ti,
Me respondió un disparo,
Y ni las estrellas más oscuras
Me guardaron un minuto de silencio.
Desgarra mis venas macabras
Y desaloja a dentelladas mi corazón
Pero no me traigas más nubes de tabaco
Que me tapen el sol que una vez soñé.
Ya he hundido mis pies en el barro,
Voy muriendo a paso por puñalada,
Y si caigo reviento.
Mi pecho es un trampantojo de heridas,
Un extraño vademécum de cicatrices
Infestadas de espinas de clavel.
Rompe todas las esquinas de mi casa,
Abandóname en el cierzo
Y deja que me diluya en arenisca,
Pero no agrandes las nubes que me roban
Las luces con las que me hiciste soñar.
No tengo nada más que darte,
Me queda una mentira de cazalla,
Y un lecho de cartones remojados
Para poder arropar mis noches tristes.
Mátame si piensas que es preciso
Que ya no me basta con el alba,
Pero no busques las nubes que me arranquen
El sol tan brillante de mis sueños.
Porque tal vez no soporte
Una noche aún más larga.
16 feb 2010
Sueño en Luna Creciente
He robado un sueño de luna llena
para dejarlo con un beso
a dos centímetros bajo tu vientre.
Soñé para él un canto de jilgueros
en un cielo de luces y de nanas,
y te regalé un corazón de madreselvas
que late más que el mío,
Más dulce y más valiente,
más tierno y con más ansias,
para que puedas saltar hacia mis brazos
y hundirte en mis noches de poemas.
Resbala hacia mí
si llueve en los balcones de tu calle,
si el mundo canta un himno que no entiendes,
o el mar conjura olas de fraude y guerra.
Que siempre tendrás sitio en mis caricias,
y un suave corazón que te acompaña
tan parte de tu cuerpo de luna creciente,
de luna llena...
tan parte de tu cuerpo como del mío.
para dejarlo con un beso
a dos centímetros bajo tu vientre.
Soñé para él un canto de jilgueros
en un cielo de luces y de nanas,
y te regalé un corazón de madreselvas
que late más que el mío,
Más dulce y más valiente,
más tierno y con más ansias,
para que puedas saltar hacia mis brazos
y hundirte en mis noches de poemas.
Resbala hacia mí
si llueve en los balcones de tu calle,
si el mundo canta un himno que no entiendes,
o el mar conjura olas de fraude y guerra.
Que siempre tendrás sitio en mis caricias,
y un suave corazón que te acompaña
tan parte de tu cuerpo de luna creciente,
de luna llena...
tan parte de tu cuerpo como del mío.
5 feb 2010
Soneto del amor marchado
Mi soledad se vistió de arlequín,
lunas de alcohol decoraban su piel,
lunas borrachas de acero y de hiel,
presas de un beso de sed de carmín.
Mientras el último tren llega al fin
de esta autovía que hiede a burdel
busco en la noche un vestigio de aquel
príncipe azul en mi ser de Caín.
Y sólo encuentro una senda hacia el mar
justo en el punto en que acaba la luz
dejando a oscuras la ley del Talión
que ha conseguido al final separar
a golpe de hacha, de clavo y de cruz,
las medias partes de mi corazón.
lunas de alcohol decoraban su piel,
lunas borrachas de acero y de hiel,
presas de un beso de sed de carmín.
Mientras el último tren llega al fin
de esta autovía que hiede a burdel
busco en la noche un vestigio de aquel
príncipe azul en mi ser de Caín.
Y sólo encuentro una senda hacia el mar
justo en el punto en que acaba la luz
dejando a oscuras la ley del Talión
que ha conseguido al final separar
a golpe de hacha, de clavo y de cruz,
las medias partes de mi corazón.
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