Bajé la luna del cielo
Sólo para ti,
Me respondió un disparo,
Y ni las estrellas más oscuras
Me guardaron un minuto de silencio.
Desgarra mis venas macabras
Y desaloja a dentelladas mi corazón
Pero no me traigas más nubes de tabaco
Que me tapen el sol que una vez soñé.
Ya he hundido mis pies en el barro,
Voy muriendo a paso por puñalada,
Y si caigo reviento.
Mi pecho es un trampantojo de heridas,
Un extraño vademécum de cicatrices
Infestadas de espinas de clavel.
Rompe todas las esquinas de mi casa,
Abandóname en el cierzo
Y deja que me diluya en arenisca,
Pero no agrandes las nubes que me roban
Las luces con las que me hiciste soñar.
No tengo nada más que darte,
Me queda una mentira de cazalla,
Y un lecho de cartones remojados
Para poder arropar mis noches tristes.
Mátame si piensas que es preciso
Que ya no me basta con el alba,
Pero no busques las nubes que me arranquen
El sol tan brillante de mis sueños.
Porque tal vez no soporte
Una noche aún más larga.
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