Si de las pedrás que le di al aire
se va ennegreciendo mi pulmón
no me quedará aliento que darte
ni ganas de besarte cuando lata el corazón.
Desclavando las espinas de mi voz
se me llenan las riberas del camino
de fantasmas de rosales sin color,
de poemas de cartón rimando en infinitivo.
-¿Qué haces? - No sé
-¿Te vienes? -Tal vez
Espera que sepa qué quieren mis pies
que aprenden a andar
corriendo hacia atrás,
cogiendo carrera pá volver a saltar.
-¿Qué haces? -Cantar
-¿Te vienes? -Quizá
espera que acabe esta rima de bar.
Maldita canción,
se escucha un tambor,
tranquila, cariño, sólo es mi corazón
que revienta cada vez que oye tu voz.
Se me escapa el sol por las costuras
de esta mal puntada de alfiler
en la esquina de mi cuarto a oscuras,
en mi cubo de basura con versos sin hacer
Ya no tengo mundo que entregarte,
ya no quedan besos en mi piel,
será mejor un punto y aparte,
es más fácil olvidarte que volverte a querer.
Aunque se atraviesen en mi garganta
un par de folios tristes de papel,
sólo soy un gallo que no canta,
carretera y manta, tendremos que correr...
Para que no venga el silencio
con sus medianoches de Orfidal
a encadenarnos a ambos en el tedio,
a decirme que te quiero sin quererte de verdad.
-¿Qué haces? - No sé
-¿Te vienes? -Tal vez
Espera que sepa qué quieren mis pies
que aprenden a andar
corriendo hacia atrás,
cogiendo carrera pá volver a saltar.
-¿Qué haces? -Cantar
-¿Te vienes? -Quizá
espera que acabe esta rima de bar.
Maldita canción,
se escucha un tambor,
tranquila, cariño, sólo es mi corazón
que me llora cada vez que oye tu voz.
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