Se cierra la noche y yo siento
que se me congelan pas palabras
y que hay fauces abiertas
emboscadas en cada rincón de la madrugada.
Se pierden, lentamente, los susurros,
y falta una piel para estas manos,
y faltan dos labios para estos labios,
y falta un calor para este frío.
Nada existe en mí que no tenga tu marca
y cada centímetro cuadrado rememora
que otro centímetro cuadrado lo abrazaba.
La ausencia es como el hielo:
blanca y fría;
triste y blanca.
La noche es demasiado larga,
de horizonte a horizonte,
para este corazón que añora
y este reloj sin manecillas.
El hueco junto al hueco de mi cuerpo
se va llenando de suspiros y canciones
que suenan vacías en tu ausencia,
frías y vacías.
La ausencia es como el hielo:
blanca y fría;
sola y blanca.
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