Qué trágico, mi mundo fantástico,
de místicos héroes alquímicos,
exhala su último hálito.
Atónito. Hoy ganan los pírricos.
Sin páginas, mi éxito es mínimo,
tan rápido y soy sólo el penúltimo,
inspírame a hacer algo mítico,
también yo siempre creí que era único.
Son célebres mis múltiples críticos,
quejándose con vómitos tóxicos
del sánscrito poético clásico.
Escúchame, soy críptico y tímido,
su pánico es mi ánimo eufórico,
sus lágrimas, mi mágico cántico.
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