Hay en mi pecho un beso de acero,
viene la noche a bocajarro,
los chuqueles ya no ladran a la luna
y en las calles vociferan
tres disparos de silencio.
Cuenta una columna negra en el 20minutos
con el que se arropan vagabundos de cristal,
Que han hallado muerto
a un dios beodo en Wall Street.
Pero nada dice de mi cadáver desnudo
de la cárcel de alcohol en la que yazgo
empapado en luz de luna y sangre seca,
atravesadas mis entrañas por tres besos
que llegaron a mi torso a quemarropa,
y me dejaron mudo y ronco contra el suelo,
desgajando las migajas de tu ausencia
en las fotos escarchadas del invierno.
Que esta noche ha venido tu fantasma,
que esta noche se marchó tras dispararme
tres recuerdos y dos besos de aguardiente
tres bocados de silencio a bocajarro.
2 comentarios:
Felicidades, es precioso. En este poema me recuerdas a Lorca, pero con un estilo muy propio. Un abrazo.
No lo veo yo tan Lorquiano como nuestra amiga, demasiado urbano, quizás la referencia a Wall Street, antes me recuerda a tus queridos cantantes urbanos.
Es bueno en cualquier caso.
Un abrazo,
P.
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