El mensajero me dejó un aviso en la puerta.
Ayer por la tarde,
a las cuatro y cuarto de la tarde,
la luna me mandó un ramo de rosas
y mi casa la habitaban sombras.
Yo estaba dando vueltas a un reloj.
desdiciendo al viento y a las hojas
de los últimos árboles frutales,
mordiendo el color rojo de los trenes...
La luna dejó dos luces en mi balcón,
ayer por la noche,
a las cuatro y cuarto de la noche,
una estrella se apagó
mientras yo tiritaba en la ventana.
Nace el día, rompo espejos y sigo muerto.
Suena el timbre y no consigo levantarme.
Doce rosas se marchitan en Correos.
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