21 jun 2010

Bariloche

Las flores que vistió la primavera
de un mayo que moría en Bariloche
embisten con los cuernos de la noche
contra el blanco arlequín de su bandera.

Esputos carmesís en la remera,
Abel contra Caín como gran broche,
los Nadies se hacen eco del reproche,
de la sangre infantil sobre la acera.

Qué mal ejemplo, balas contra piedras,
qué furia imbécil, piedras contra balas,
haciendo a la Justicia un mal esguince.

Se manchan del veneno de las hiedras
las blancas plumas tristes de las alas
del niño que jamás pasó de quince.

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