10 ene 2012

No hagas caso al barquero

Se van a caer las palomas
y hasta las estrellas que dicen "te quiero",
y la última musa que queda
saluda al tendido y se quita el sombrero.

Adiós, se acabó el trasegar
y vuelta a rodar sin hacer vuelta al ruedo,
redoblan campanas por mí,
esta noche a las mil se anuncia mi entierro.

No dejes morir al payaso
que quiso rimar su canción con tus noches,
las gafas de culo de vaso
de mis poesías no entienden de roces...

Y no le hagas caso al barquero que quiso llevar
tu alma a la otra parte del río,
y vuelve conmigo, vuelve a disparar
tus baladas contra el Olvido,
que sopla el levante y muerde el gregal
a la sombra de un ángel caído,
y vuelve el invierno y ya no hay lugar
donde huir si te vas y no escribo.

A solas, en las azoteas,
se quedan los gatos de mi callejón,
vertiendo cien mil humaredas
de polvo y pitillo, de hollín y carbón.

Se ensucian las sábanas viejas
que cubren mi cuerpo de tierra y Zotal
manchando el silencio que queda,
será que amortaja la tinta del mar.

Sin flores ni besos de nadie
se enquista la sangre en mi corazón,
yo quise vivir de mi aire
y vino el Olvido y se me olvidó...

Y sé que si pasa otra vez,
que si vuelvo a perder sin jugar la partida,
es la suerte quien me mató
el destino cabrón el que echa sal en mi herida.

Y vuelvo a luchar contra dios,
a enfrentarme a la voz que quebranta mis dedos,
cansado de este puto "por qué",
de estrellarme en la pared de los últimos sueños


Y no le hagas caso al barquero que quiso llevar
tu alma a la otra parte del río,
y vuelve conmigo, vuelve a disparar
tus baladas contra el Olvido,
que sopla el levante y muerde el gregal
a la sombra de un ángel caído,
y vuelve el invierno y ya no hay lugar
donde huir si te vas y no escribo.

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