30 sept 2019

Cuellos y botas

Soy de esos.

De los oprimidos,
de los castigados,
de los flagelados.
Siempre lo fui.

Nací con una bota sobre el cuello
y cuando las lágrimas me nacían a un metro del suelo
soñaba con librarme de ella,
de ese peso que lastraba mis alas
y hundía en el barro mis pies;
quería volar como el resto.

Hasta que me puse mis gafas de tinta,
con olor a libro viejo,
y vi.

Vi que esa bota era solo una más,
tan común como el mismo aire,
perdida en un océano de suelas y nucas.

Por eso,
siempre seré de cuellos y no de botas.
Uno más de esos.
De los humillados.
De los pisoteados.
De los olvidados.

Por eso, aunque los relojes me desamparen,
seguiré siendo el niño lloroso,
el de los pies sucios,
el de las alas cortadas...

Y por eso, siempre,
condenaré las huellas

y curaré las pieles.

26 sept 2019

Volando

Memorias de Ámsterdam

¿Y si volamos?
¿Y si abrimos las alas
y nos abrimos al tiempo
a un mundo infinito?

Si dejamos atrás lo que somos
tal vez el viaje merezca la pena.
Ya sé que nunca seré el mismo;
cambio como las horas,
como las luces,
como el sol de sitio.

Pero aquí,
rodeado por las tres partes del alma
seguiré siendo yo
en lo más profundo de los pozos
y lo más alto de los cielos.

Antes me seducía todo el recorrido de algún modo,
ahora mismo solo tengo este río discurriendo ante mí,
ajeno, maléfico, santo, tétrico, etéreo, redundante, desconocido, abúlico y mordaz.

Y me siento bien.
Volando.

16 sept 2019

Cuenta conmigo

Cuenta conmigo.
Cuando no te salgan las cuentas,
si se abandonan los cuentos en tu mesilla
y te cobran los sueños al contado,
o cuando estés en tiempo de descuento,
cuenta conmigo.

Sabes que estoy al final de tu mano
mientras pateas las hojas de la primavera,
contando los días con tus dedos,
sonriente y callado.

También estoy junto a tu cama
emboscado para ahuyentar tus pesadillas,
contando todas las galaxias fosforescentes
que, cuando podía volar, pegué en el techo
para que iluminaran tus noches.

Conozco las letras y los números,
tengo la mano tendida y el corazón
con un hueco definido donde caben troquelados
tus besos infinitos.
Es todo lo necesario para contar
y que cuentes conmigo.

Cuenta conmigo
como contábamos siempre juntos
"Érase una vez
una princesa hecha de sueños
y un rey hecho de abrazos".

2 sept 2019

Mil veces repetido

El temor de un verso plagiado del espejo
araña las esquinas descuadradas de mi sueño,
y queda el sollozo encarnecido
y el silencio,
siempre el silencio.

Hace mucho tiempo que mis manos son de alquitrán y vodka
y no encuentran el camino de vuelta de mis noches largas
para escribir una sombra más alta que la otra.
Tanto tiempo ya
que ni recuerdo cuántas de las veintisiete
se escapaban del renglón
o tenían un alma propia.

Dicen que tengo una poesía
(otra más...) (quizá mejor...)
escondida en el rabillo del ojo.
Será verdad.
Porque las voces que me acechan cada noche
me juran que ellas nunca mienten.

Entretanto mi vida sigue siendo
un inmarcesible trajinar de persianas de cartón,
puertas sin cerrar,
y ventantas con vistas al pasado.
Un círculo abúlico y cansino,
es decir:
El mismo verso indescifrable
mil veces repetido.