Mis vigilias de madera
me susurran al oído
campos de noche sin tregua
con cuarto y media de olvido.
Que si caigo en los abrazos
de mis colchones raídos
me atraviesan las espaldas
todos mis ecos y gritos.
Yo que tan solo quiero
despertar como he nacido,
limpio de coplas y versos,
inocente como un niño
y me veo aprisionado
de este dolor de mí mismo,
victimario de un romance
que suena a canto de grillo.
Acumulo madrugadas
que caen siempre al mismo sitio
a clavarse en las paredes
desfondadas de este abismo
parte de luna escarchada,
parte de noche sin brillo,
que enmudece hasta a los gallos
de estos relojes vacíos
que asaetan sin ambages
todo aquello que yo he sido.
Yo que tan solo quiero
renacer como he vivido,
limpio de copas y besos,
con el alma de un convicto.
Si alguna vez, sin saberlo,
un pecado he cometido,
ya lo he expiado mil veces,
y lo he enterrado conmigo
en la tumba sin marcar
en donde yazgo hace siglos.
Yo que tan solo quiero,
y no es mucho lo que pido,
que me arropen y me quieran
tal y como yo he querido.
3/377
No hay comentarios:
Publicar un comentario