Será que la noche
tan sólo encuentra un hueco
donde fingir sus pecados
Harto de esta oscuridad sin fondo,
Me apago yo también
en este punto disperso de mi vida.
Los profusos charlines
de esta hipócrita inmundicia ennegrecida
temblequean sobre el muro desastrado
de lo que pudo haber sido,
de esta infame maldición que me rodea.
¿Y si lo dejo todo?
¿Si me vacío entero?
Tal vez nada quede a lo que amar
en la carcasa inmerecida de mi piel
cubierta de polvo y tequila y mala baba
y aturdida por el bello resonar de las palabras
de otros,
Siempre de otros
y nunca mías.
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