Desnudo se contempla vulnerable
y llora media lágrima tan hueca
que baja por su frente, pero seca,
Es polvo de un sollozo interminable.
Escribe un garabato indescifrable
en la desnuda piel de la muñeca
y cae adormilado por la rueca
del triste y duro acero inoxidable.
Se envuelve en su mortaja enrojecida
cubriendo todo el cuerpo contra el frío
de ver marcharse el néctar de sus venas.
Se cierra al horizonte y a la vida,
y siente a cada instante más vacío,
de angustias, de recuerdos y de penas
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