26 oct 2025

Desde el fondo

 Callaron ya los ecos animales

de piedras que negaron las tres veces

que me dieron por muerto ante los jueces

después de hundir mi espalda en cardenales.

 

Me echaron a las fosas abisales,

 jamás supieron que en las estrecheces

del lecho compartido con los peces

de mi pecho brotaban mil rosales.

 

Y cada flor se abría con un grito

y su espina clamaba por vendetta

gritando un nombre nuevo como Edmundo

 

Tal vez he muerto, pero resucito,

renazco nuevo, fijo hacia mi meta:

vencer mi nueva guerra contra el mundo. 

24 oct 2025

El hombre del corazón blanco

 Para K. J. W. E.

El verdadero hombre del corazón blanco 

 El hombre del corazón blanco

tiene una memoria de juncos en la espalda

será que le pesan la vida

y los golpes.

 

Vida que le duele del mismo modo

que al mundo le duelen las guerras

pero a pesar de todo aún guarda

la limpia mirada azul de un chiquillo

que mira todo con ojos nuevos.

 

El hombre del corazón blanco

sueña, y sonríe al soñar,

con alas  de gaviota que lo elevan en el aire.

Sueña, y llora al soñar,

con patas de elefante que le pisan en la nuca.

 

Ha sobrevivido a los inviernos 

y a los veranos

y en un rincón de su mirada

guarda recuerdos de nieve 

y de infiernos sepultados,

que parecen tan dolorosos

que da miedo siquiera susurrarlos.

 

El hombre del corazón blanco

sonríe al apurar su cerveza

y baila en su soledad

de monje franciscano

cerrando la puerta un mundo

lleno de odios ensordecedores y mentiras atronadoras.

 

El hombre del corazón blanco

tiene el alma de niño,

la mente interminable,

y una sonrisa sincera

solo para quien la merece. 

22 oct 2025

Seguiré siendo

 Porque la vida no tiene secuela,

porque el destino es el jefe más duro,

porque el dolor es helado y oscuro, 

porque ya nada resopla en mi vela.

 

Porque la mano que firme mi esquela

será la misma que escribe este impuro

desiderátum que vuelvo en el muro

 donde mi sangre derrama y se hiela.

 

Porque yo soy, y después del infierno,

seguiré siendo quien dicta mi senda

aunque el camino se torne salvaje.

 

Ni ante el temible portón del Averno

ni aunque el Diablo me adule y entienda,

decidirán sobre mi último viaje-

 

20 oct 2025

Funambulista

 Paseando entre espolones

que me arañan el aliento

no hay lugar ni para el viento

ni un milímetro de opciones.

Si me hincho los pulmones

de los gritos que acaparo

tal vez suene algún disparo

o se claven en mi pecho

las heridas, que en el techo,

aguardan mi desamparo.

 

 Soy como un funambulista

cojeando por el miedo

sobre un quiero, bajo un puedo,

entre hojas de revista.

Mientras la cuerda resista

no me cabe duda alguna

que podré llegar de una,

mas si doy un paso en falso

en mi senda hacia el cadalso...

¿llorará por mí la luna? 

18 oct 2025

Aquí

Aquí donde el mundo olvida

todo lo que nunca fuimos

donde el tiempo se hace un traje

de relojes derretidos,

cada hora se repite,

cada día es siempre el mismo,

y entre angustias y lamentos

pasa, renqueante, un grito,

que abatido se diluye

en los bordes del camino

sin saber que hay un orate

que lloró después de oírlo.

 

Aquí donde caen las lluvias

de un  otoño distraído

que no sabe de almanaques

ni respeta turno o sitio,

se agrietan los embalajes

con que algunos envolvimos

a lo que llevamos dentro

que, adivina, es solo un niño

que dibuja en las paredes,

al que asusta tanto ruido

y que llora al verse solo

abrazándose a sí mismo.

 

Aquí donde la palabra

va perdiendo hasta el sentido,

se hacen coros de silencio

con rumores escondidos

que restallan en la noche

cuando nadie lo ha pedido

como truenos de horizonte

en colores desvaídos.

Y se encalla en mi garganta

la palabra que no he dicho,

el vocablo que me falta, 

verbo póstumo y sombrío.

 

Aquí donde soledades

vagan siempre sin destino

y se acercan al primero

que se acerca con un libro,

y no dejan de adularle,

y llenarle los oídos

de piropos zalameros

sin pudor de haber mentido.

Aquí donde todo muere,

aquí donde he renacido,

aquí donde estoy tan solo,

tan sólo por que he venido. 

Agarrado a una burbuja

 Agarrado a una burbuja me encontraron

cuando llegaron los demonios,

cuando el mundo entero dolía tanto

que trepar a mis lamentos

no era suficiente para hacerlo pequeñito.

 

Grité al viento y el viento me devolvió

esputos de plata pobre y mala baba

sin saber

que en el fondo de mis cenizas guardaba un verso,

una alquimia milagrosa

para fabricar  con saliva diez burbujas.

 

Las hinché, con sueños y canciones,

con verdad y pesadillas,

con todo lo que dentro de mí había.

 

Cinco explotaron

una se hundió,

tres se redujeron hasta desaparecer.

Pero una quedó intacta,

una llena de nombres y recuerdos,

de esos que convocan mariposas de luz

si se pronuncian suavemente.

 

Cuando vi que alzaba el vuelo

me aferré a su curvatura reluciente

sin miedo a resbalar,

repitiendo una y otra vez

los nombres de las mariposas.

 

Y volé

 

Por encima de los fuegos y los pinchos,

de los muros y alambradas,

 de las mentiras cien mil veces repetidas.

 

Volé

y nadie pudo detenerme

mientras huía hacia las sombras del olvido.