18 oct 2025

Agarrado a una burbuja

 Agarrado a una burbuja me encontraron

cuando llegaron los demonios,

cuando el mundo entero dolía tanto

que trepar a mis lamentos

no era suficiente para hacerlo pequeñito.

 

Grité al viento y el viento me devolvió

esputos de plata pobre y mala baba

sin saber

que en el fondo de mis cenizas guardaba un verso,

una alquimia milagrosa

para fabricar  con saliva diez burbujas.

 

Las hinché, con sueños y canciones,

con verdad y pesadillas,

con todo lo que dentro de mí había.

 

Cinco explotaron

una se hundió,

tres se redujeron hasta desaparecer.

Pero una quedó intacta,

una llena de nombres y recuerdos,

de esos que convocan mariposas de luz

si se pronuncian suavemente.

 

Cuando vi que alzaba el vuelo

me aferré a su curvatura reluciente

sin miedo a resbalar,

repitiendo una y otra vez

los nombres de las mariposas.

 

Y volé

 

Por encima de los fuegos y los pinchos,

de los muros y alambradas,

 de las mentiras cien mil veces repetidas.

 

Volé

y nadie pudo detenerme

mientras huía hacia las sombras del olvido. 

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