Un día más,
un día menos,
una impronta más que dejar en la pared.
Me disuelvo entre días que se estiran
y noches que se alargan,
cuando los relojes, con sus falacias,
pierden su razón de ser.
Siento que con cada ocaso
se me escapa volando un recuerdo
y corro el peligro de ser
un muñeco vacío cuando el corazón me llame.
¿Qué es lo que soy aquí
sino mis memorias?
¿Qué es lo que tengo
sino mi vida?
¿Tiene derecho una flor
al perder los pétalos y la sombra
a conservar el nombre que le dieron?
¿Podrás acaso tú al ver su tallo
limpio y desnudo contra el viento
confirmar si es de lirio o amapola?
¿Puedo acaso seguir siendo
el mismo hombre que fui ayer
cuando todo me han quitado?
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