30 dic 2010

Final

Parece que esto se acaba.
Las lunas sonrosadas tienen sueño
y la noche amenaza con caerse del cielo.
El temblor macabro de la tierra
logrará despertarnos cuando armagedón haya pasado.

Es hora de sacarse el sombrero y hacer una reverencia al respetable,
quién sabe si así conseguiremos alejarnos
de las garras afiladas del olvido,
o, simplemente, como siempre,
acabaremos hundiéndonos en el fondo de un mar extraño.

Esto se acaba y aún quedan demasiadas cosas que contar
para que esto se acabe realmente.
Pero ya no hay tiempo,
ni fuerzas,
ni sombras a las que dar forma.

Lo único que queda ya son ecos,
la cacofonía de un fracaso que duele,
y que desgarra.

Las estatuas se callan nuevamente,
los pájaros regresan a las nubes
y las nubes a los nidos,
los ríos deshacen sus nudos,
y los arcoíris se derraman hasta ser absorbidos
por una tierra enferma
que sólo ahora muestra que lo está.

Se estremece el mundo,
estalla el cielo,
llueve fuego,
parece que esto se acaba.

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