Esta luna huérfana y sin complejos
este maldito catecismo de humildad,
este arlequín que se mofa por mi espejo,
y me mira desde lejos
ensuciado de alquitrán.
Este verso de tinta de vino tinto,
este mañana tan clónico del ayer,
estos labios que parecen laberintos,
esta carencia de instinto,
estas ganas de perder.
Esta palabra tan distante y tan cercana,
esta macabra bañera de alperchín,
este "lo siento, vuelva usted mañana",
estos fines de semana
castigado y sin salir.
Este pétalo de magnolia kamikaze,
este blues de Brugal y acordeón,
esta alma mía que no sabe lo que hace,
pero que no hace las paces
con mi oscuro corazón.
Este humilde callejón melancolía,
esta añil contraventana a contraluz,
estas sombras de lo que yo te quería,
esta mariposa fría,
este clavo de mi cruz.
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