Te digo de las venus repeinadas,
las obras de taller de cirujano,
que pagan los amores bajo mano,
las reinas de diamantes remozadas.
Te cuento de las más afortunadas,
los mágicos amores de verano,
las que te hacen sentirte más humano,
las reinas de los tréboles amadas.
Te escribo de las barbie-caramelo,
las reinas del color de corazones,
la envidia de la envidia de las chicas.
Y te hablo de las femme fatale de hielo,
las grandes domadoras de emociones,
mis reinas favoritas, las de picas.
1 comentario:
Qué inventario de damas y de putas,
de reinas de cartón y porcelana,
de incólumes señoras cortesanas,
de imbéciles que sufren si disfrutan.
Cuánto elixir servido en palangana,
cuánta centrada, cuánta disoluta,
cuánta Madre Teresa de Calcuta,
cuánta niña de bien que sale rana.
Cuánta reinona falsa y desabrida,
cuánto arrabal de cuna en luna llena,
¿las buenas? con los dedos de la mano.
Las buenas normalmente están prohibidas,
qué pena que merezca tanta pena...
por eso, amigo, soy republicano.
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